Reconstruir los lazos sociales, ¿es un deseo imposible? Pregunto, ¿realmente es un deseo? De quien fue la maravillosa idea, quien nos perturbó y nos dijo que el compromiso es solo (por ejemplo) el de los contratos?
¿Porque no logramos entender que somos una sociedad? Hacemos algo para que esto se modifique o esperamos que algún gobierno lo haga por nosotros, ¿eso es realmente lo que nos debemos preguntar? ¿Realmente se puede creer que las conductas se configuran en nosotros a través de la ley?
Podríamos empezar a pensar seriamente en incluirnos en la sociedad, hay veces que me pregunto quienes son los que están afuera. ¿Porque buscamos distinguirnos, porque no nos creemos iguales? ¿Podrá algún día ser la sociedad nuestra gran casa? Basta de preguntas. Si, basta.
Después de todo siempre es mejor que nos robemos nosotros, personas educadas, a que lo haga uno sin educación, sin trabajo, sin vida. Ahí si; ahí gritamos a donde esta el estado, Políticos de mierda!!!. El único estado que exigimos que exista en esos lugares, donde no hay agua potable, luz, gas, y todas nuestras comodidades necesarias, es la policía.
Es asombroso con cuanta admiración miramos a las grandes sociedades, si tienen pobres, son educados. Aquí decimos, con cierto tono obvio, que no hay pobres con humildad y por supuesto pasarían a representar cada desgracia de Argentina.
Los más sofisticados en términos de derecho repiten con entusiasmo, que otros países están avanzados en términos de inmigración, que ellos utilizan esa gente para limpiar sus calles, juntar sus cultivos, hacer sus mandados. ¡Que personas tan inteligentes estos abogados! Políticas inteligentes si las hay, remplazamos a nuestros indigentes por otros y con eso se supone que se acabaría con la indigencia argentina. Por otro lado, tenemos a la clase trabajadora, que a los gritos anda diciendo que los bolsones y planes solo aumentan con la vagancia de esa gente (ergo, son los culpables de cada presidente que nos tocó). Pero, resulta que esta clase trabajadora da trabajos en negro, mantiene su empresa con personal en negro y si puede evade uno que otro impuestito. ¿Tiene un porque? Claro, el discurso es muy conocido. Sabido es que hay empresas (grandes, muy grandes y no tan grandes) que gozan de un privilegio único y que nunca se les ejerce control alguno. Concluyamos, el gobierno les da planes de trabajo a las personas indigentes (asi nos encanta llamarlas) como les da privilegios a ciertas empresas, y ahí, nos sentimos violados, pero nos quejamos de los planes de trabajo. No sería tan elegante seguir con toda esta subjetividad.
Tanto tiempo sin amor, soy argentino para las cosas buenas. No me llamen por mi nombre, soy argentino.
“No pienses tanto, no sufras, no hay porque estar triste”. La gente que te quiere o que al menos fabula con conocerte, insiste en que colectivamente practiquemos el arte de no pensar y/o al mismo tiempo, pero según la ocasión, llegan a sugerir que no se viva en una burbuja. Que nobles, iluminados de otra época, que en términos históricos no esta nada lejos de la nuestra.
Tanto tiempo sin amor, nos olvidamos de querer. Si, ya se, nunca hay mala intención. Es lógico que suceda esto, tanto no pensar, tanto no querer saber, hace que cuando ayudemos, en realidad molestemos.
El que invita a pensar, reflexionar, dudar, pasa de dar el discurso bonito, que todas las personas necesitan escuchar al menos una vez al año, a convertirse en un demonio con el solo hecho de repetir la invitación varias veces. Es terrible el miedo a pensar, lo curioso es que las personas que no “piensan” necesitan explicaciones para todas las cosas y muchas veces ellos suelen darlas. Solo creen si se les explica y aquí quizás este tocando otro tema, pero la cuestión es que “La pregunta” que se me formula automáticamente es casi retórica, para que se les da explicaciones a las personas que no quieren pensar? Encima, un poco mas tarde hay que escuchar: “para mi es blanco o negro”. Geniales.
No se me ocurre otra explicación de la genialidad argentina. La historia es…pero para el argentino la historia fue. Ok, blanco o negro. Como si fuese que en la vida diaria nuestro estado de animo no cambiase el curso del día !!.
Listo, listo, ya me lo explique! Esto de los estados de ánimo no aparece en los libros ni en lo diarios.
Siempre me dieron escalofríos cuando se congela la historia por partes, lo mismo me pasa cuando se congela el presente “sectorialmente” y no porque no este de acuerdo con los análisis, que muchas veces (entiendo) es necesario la fragmentación para poder estudiar el problema y/o explicarlo, sino mas bien porque me da la sensación que los resultados quedan congelados, sin vida, y personalmente pienso que el estudio debe estar en continuo movimiento.
Ahora de grande me di cuenta porqué esa sensación cada vez que entraba a un museo. En los museos, la historia no tiene amor. Las cosas no están en su lugar, hay silencio y es del tipo mudo. Empecé a compararlos con vidrieras comerciales, con gran estilo y cierta intención, pero nada más. Cosa distinta es esa casa que ahora es un museo, donde las pertenencias están en el lugar donde solían dejarlas, la cocina sigue siendo una cocina y no una mera interpretación, las paredes, el piso, todo tiene cierta vida, hay silencio, pero del que nunca calla. Viajemos, respiremos ese aire que rodea esas inmensas ciudades calladas “por el tiempo y algo más”, visitemos casas donde habitaron grandes personajes de nuestra historia. Creo que la principal ventaja es que las cosas que encontramos no están tan fuera de contexto, a este movimiento (en parte) es al que me refiero. Sugiero no quedarnos solo con lugares que albergan pisos bien lustrados y cartelitos de “no tocar”.
Triste o no, (lo que implique en cada momento) suelo concluir que el mundo es demasiado pequeño para entender a una persona y demasiado grande para olvidarla, y aquí, probablemente pueda definir a la realidad igual a la palabra poética. Considero que es siempre simbólica y fundante, no persigue la precisión ni la objetividad, sino el hallazgo y perpetuación de mundos posibles. Y digo que la realidad es simbólica porque trasciende el significado de la descripción de un libro, de un analista, de quien escribe, etc, hacia un significado dado por la cultura, el cotexto y contexto, y entonces y en todo caso, podría decir que la realidad es chica, simbólica y hasta poética, no solo por lo que connota sino también, por lo que denota.
Ojala algún día la mayor diferencia entre las personas esté dada por los gustos, en esa diversidad que hace la diferencia al mismo tiempo que la reconoce. La sociedad, nuestra gran casa, nuestro estado, nuestro país, nuestro mundo; y nosotros como habitantes, debemos mantenerlo, al menos, como habitable. No puedo dejar de agregar algo que aprendí de una de las personas mas hermosas que me dejó la historia: “que criemos niños, jóvenes, que no puedan crear, construir, es una barbaridad”.
Tanto tiempo sin amor, Mafalda sigue siendo extraordinaria. Ah y el barril del crudo sigue rompiendo récords.