jueves, 11 de noviembre de 2010

Mi clave de Sol (uno)

Las mañanas agitadas agrietan el recorrido de la sangre
y el corazón que solo sabe de latidos,
se vuelve bruto.
De nada sirven los ojos. Nunca, nunca supieron ver en ocasiones así.
Los hombros se tensan porque saben de pesos, la piel modifica el coeficiente de rose y adhesión.
Las piernas, las más doloridas, se afirman y ablandan constantemente dándole órdenes al corazón. Verdaderamente ellas saben de caídas. Saben de principio y fin.
Las manos que cierran sus puños esconden un dolor enorme con la misma fuerza que estrangulan el peso del tiempo sin sentido. Los puños abiertos son un símbolo de paz, pero también armonizan con pestañas tristes.
Los brazos cuelgan hasta dar un abrazo.
La cabeza no entiende de descansos y de alguna forma, intenta, regular sus partes autónomas. La cabeza es el concepto de dios más acertado.

2 comentarios:

Poetas Intenteros dijo...

muy bueno man... lo de la cabeza y el dios me hizo acordar a un tema de spinetta que dice: "el pequeño dios del centro gris del abismo."

Álvaro

PD: a ver pa cuando se juntamo no?

Macha dijo...

Man gracias por pasar.
Eso mismo digo yo, pa cuando se juntamooooo!