lunes, 3 de junio de 2013

Eran tiempos de ahora


La ciudad gritaba tu nombre, las esquinas buscaban tu rostro, las almas buscaban desesperadas un descanso. Vos buscabas un pueblo que te diera una nación. Yo lo que buscaba era una oración completa. Somos hombres diferentes. Encontré un amor, vos al pueblo y el pueblo otro amor. "La era esta pariendo un corazón" parecía solo una canción, lejana de viejas fabulas. Fuiste vos y no otros, aunque otros, como Raul, también lo quisieron. La mas decisiva fuente del arte es la política, los tiempos de artistas son tiempos de política, "la maza que cosa fuera" sin tiempos de antes y de ahora. Llore como llore en tiempos de grandes perdidas, pero llore diferente.  En los ojos de cada hombre hay un unicornio azul, de lo que sea y como sea. Hay también una bella mujer. Perdon entonces, no somos hombres tan diferentes. Leíste a Joaquin Areta, un poeta de 22 años escondido en la argentina oscura, y 30 años después ha sido la voz que sonó en millones de hogares anunciando tu despedida. Que grande que fue esa tristeza. Hoy hay  otras argentinas oscuras, hay en el norte heridas desamparadas en medio de un festín no solo televisivo, hay muchos lugares para personas inquebrantables, para poesías, para artistas comprometidos con esa realidad del norte olvidado, ignorado, invisibilizado. Sin embargo sigue habiendo una imperdonable aceptación del silencio (del indiferente). Hay espacio - aunque el guion local -político-mediático nos sugiera lo contrario- para actuar, escribir y sentir. Hay un tiempo que esta esperando por nosotros, hoy jovenes. Hay una historia que se escribe desde adentro y nos involucra. "Se escapo de una cárcel de amor, de un delirio de alcohol (...) quien supiera reír como llora chavela..". 

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